«Hoy en día, estos grupos han perdido su ideología y están totalmente dedicados a sus medios de vida y a apoyar las economías ilegales», dijo el Almirante Francisco Cubides.
Por Luis Jaime Acosta – BOGOTA, 2 de diciembre (Reuters) – Los grupos armados ilegales de Colombia se han aprovechado de la búsqueda de la paz del gobierno para fortalecerse militar y económicamente, dijo el lunes el comandante de las fuerzas armadas del país.
El gobierno del presidente Gustavo Petro ha seguido desde 2022 negociaciones de paz con guerrilleros de izquierda y bandas criminales fundadas por ex paramilitares de derecha, en un intento de poner fin al conflicto interno de Colombia.
Seis décadas de luchas en el país andino han matado al menos a 450.000 personas.
«Realmente no demuestran una voluntad de paz, siempre están apuntando a la población mientras ejercen más control sobre actividades como el tráfico de drogas y la minería ilícita, por lo que tenemos que ir tras ellos», dijo el almirante Francisco Cubides en una entrevista con Reuters.
«El gobierno siempre ha estado abierto a las conversaciones, pero estos grupos se han aprovechado de esta generosidad», agregó.
El gobierno, que ha impulsado los esfuerzos de paz, incluidos los altos de fuego bilaterales con rebeldes de izquierda, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), dos facciones disidentes de las ahora desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la pandilla criminal del Clan del Golfo, continúa trabajando para consolidar los acuerdos incluso cuando los combates se reanudan y algunos grupos se han fragmentado, lo que dificultan las negociaciones.
En lo que va de año, el ejército de Colombia ha confiscado 560 toneladas de cocaína, una importante fuente de ingresos para los grupos armados, dijo Cubides.
Los grupos y sus redes de apoyo suman más de 20.000 personas, dijo, y agregó que en algunas partes de Colombia luchan entre sí, pero en otras regiones forman alianzas para producir cocaína y extraer oro.
«Es una compleja red de delincuencia que los militares y la policía están atacando con el fin de imponer un mayor control», dijo Cubides.
La facción disidente de las FARC hasta hace poco conocida como Segunda Marquetalia es la que más se beneficia del tráfico de drogas, mientras que la banda criminal del Clan del Golfo controla principalmente la minería ilegal, agregó.
Algunos de los grupos, particularmente los disidentes FARC, insisten en que luchan por la justicia social y por las comunidades abandonadas por el estado, algo que Cubides descarta.