Durante la instalación de la segunda legislatura del Congreso de la República, el Jefe de Estado aseguró que “es el momento de un Acuerdo Nacional”, con el cual -indicó- se permitirá allanar el camino para construir un país con justicia social y ambiental.
Unas condiciones mayores de equidad social nos pueden llevar a la paz, hay una ventana de oportunidad. Yo creo que es el momento de la reforma social, es el momento para que esta sociedad sea más igualitaria. Por tanto, es el momento de un Acuerdo Nacional”.
Con estas palabras el Presidente Gustavo Petro propuso, durante el cierre de la instalación de la segunda legislatura del Congreso de la República, sellar un pacto que permita transitar hacia una sociedad “más justa y más productiva”. Por ello, consideró que para acuñar este concepto ante los desafíos a los que se enfrenta el país en la actualidad, este acuerdo debe suscribirse entre las diferencias y las diversidades sociales, económicas y políticas”.
En ese sentido, el Jefe de Estado extendió la invitación “a quienes hasta ahora han dirigido el país, hace muy poco, social, económica, cultural y políticamente, que es un momento de ceder”. Indicó que el mundo le está ofreciendo a Colombia la oportunidad de “desarticularnos de la mafia, del narcotráfico y de las economías ilícitas” y, en ese sentido, insistió que es el momento de “ceder para construir un país más equitativo en el mundo laboral, en el mundo productivo, en las distribuciones del presupuesto público hacia la educación, la salud, etcétera”.
El citado Acuerdo Nacional, añadió, estaría encaminado a beneficiar a las poblaciones más vulnerables y a las más excluidas. “Un acuerdo nacional no es que ceda al pobre, no es que se arrodille el que no tiene, no es que se llene de temor la que siempre ha sido excluida”, dijo.
Para el Jefe de Estado, el Acuerdo Nacional está íntimamente ligado a la Paz Total. De esa manera, el concepto de la Paz Total “implica un territorio incluido, una sociedad incluida, una disminución sustancial de la desigualdad social, una sociedad donde la juventud toda pueda sentir que tiene un futuro, el muchacho y la muchacha, el negro, el indígena”, quienes -aseguró- han sufrido la exclusión durante la historia de Colombia.
Por ello insistió en que el fin de esta propuesta es que vaya más allá de la retórica y se traduzca en soluciones reales que permitan profundizar en los valores democráticos: “Si queremos un cambio hacia adelante, no consiste en cómo se mantiene bajo control la sociedad sin democracia, sino que consiste en más democracia, más; consiste en que esos que no han tenido nada y que han sido por siglos excluidos puedan ser hoy incluidos en el poder de la decisión, en el poder de la economía, en la posibilidad de la prosperidad. No es retórica”.
Al referirse al Acuerdo Nacional, reconoció que una experiencia en ese sentido fue la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, que derivó en la Constitución Política de Colombia. Por lo tanto, esta experiencia histórica demuestra que con esta propuesta es posible volver a acordar un nuevo consenso en el país y esto será posible a través de los proyectos que tramite el Congreso de la República.
El Jefe de Estado destacó el papel protagónico del Congreso para avanzar en la consecución del Acuerdo Nacional, a través del trámite de las reformas de la salud, laboral y pensional, a las cuales se sumarán aquellas que tienen que ver con servicios públicos, minería y educación, entre otras.
“Yo convocaría al país al Acuerdo Nacional en esos términos, a hacer realidad la paz, a acabar la fase de la guerra de la insurgencia con el Estado y a no dejar prosperar la tercera violencia que ya viene, que ya está, el de las economías ilícitas y las bandas armadas pululando por todas partes, a no permitirle que crezca, a través de este Acuerdo Nacional de Justicia Social y Justicia Ambiental que puede condensarse en el Congreso de la República alrededor de las reformas que Colombia necesita. Colombia, Potencia Mundial de la Vida es eso”.