A sus 63 años afirma haber aprendido a “no hacer planes”. “Cuando estaba en Mecano, imaginaba que me retiraría a los 50 para hacer otras cosas… y aquí estoy, como empezando cada día; no tengo ni idea de cuándo me jubilaré, pero mientras tenga esta ilusión y la gente quiera escucharme, seguiré”, relata esta cantante con título nobilario: Marquesa de Torroja.
Madrid (EFE).- Con “emoción de la de verdad, de la de tragar varias veces para aguantar las lágrimas” recibió Ana Torroja la noticia del premio a la Excelencia Musical que recibirá en la próxima edición de los Latin Grammy, “todo un orgullo” para quien no siempre confió ni en su voz ni en su perdurabilidad en la profesión.
“Las canciones de Mecano siguen estando ahí vivas, pero cuando yo arranqué en solitario, no sabía si llegaría a hacer más de un disco. El hecho de llevar 20 años como solista y que la gente siga queriendo verme, el hecho de tener ya mis clásicos propios, me hace especial ilusión”, confiesa en una entrevista con EFE, a dos meses de la entrega del galardón.
Fue a principios de los años 80 cuando Torroja (Madrid, 1959) comenzó su andadura junto a los hermanos Cano en aquella banda mítica de la música española, primero como corista, antes de ser ella la que, por consejo del productor Miguel Ángel Arenas “Capi”, pasó a asumir el protagonismo del micrófono.
“Una de las cosas que más me gusta es tener esa voz tan reconocible que hace que cualquier cosa que cante se convierta en una canción mía, lo que me ha dado mucha libertad para jugar con diferentes géneros. Pero es verdad que al principio no estaba segura de ella, de que mi voz fuera bonita. Siempre pensé que era chiquita y por eso para mí ha sido muy importante cómo transmito”, reconoce.
Compartió poco más de una década con Mecano, menos de la mitad de la carrera que ha consolidado en solitario desde el lanzamiento en 1997 de su debut, “Puntos cardinales”, y aún así las preguntas y el recuerdo de su exbanda siguen estando presentes, algo que asegura no perturbarla.
“Es que Mecano ha sido muy importante en la música española, por eso se sigue insistiendo. Nunca me ha molestado, pero sí hubo un momento -sobre todo al principio- en el que las comparaciones existían”, dice sobre un cambio en el que pasó de ser “como una actriz, o un actor, al servicio de unos guionistas” a tener que buscar sus propias palabras e historias.
Una de las cosas que cambió “desde el minuto 1” fue cantar en femenino, cosa que no había hecho nunca en el grupo. “Y eso me chocaba muchísimo, me costaba porque me hacía sentir vulnerable: ya no era una intérprete, estaba hablando de mí”, recuerda.
“Estoy orgullosa de cada disco que he hecho. No cambiaría nada de ellos y es porque he sido muy honesta y consecuente con lo que sentía con cada uno, le gustara más o menos al público”, asegura Torroja, que, apoyada en nuevos autores, progresivamente fue implicándose más en la composición, sobre todo de las letras.
Nunca se ha dado especial prisa en publicar nuevo material. En estos 26 años en solitario ha lanzado solo 6 discos de estudio, con un lapso largo entre “Sonrisa” (2010) y el más reciente, “Mil razones” (2021), lo que vino dado en parte porque se planteó su continuidad en la industria.
“Ha habido momentos más complicados en que he desfallecido. No es fácil estar ahí, sobre todo para mí ahora lo es permanecer, que la gente quiera seguir escuchándome con tanta información como hay y la velocidad a la que va todo, que es agotador, y romperte la cabeza pensando en qué puedes hacer para sorprender”, admite quien, por otro lado, se define como amante “de los retos”.