La bomba dejó un cráter de 20 metros (66 pies) de diámetro a la mitad de una avenida arbolada flanqueada por edificios habitacionales
MOSCÚ (AP) Cuando una poderosa explosión sacudió la ciudad rusa de Belgorod cerca de la frontera con Ucrania, los habitantes pensaron que se trataba de un ataque ucraniano.
Sin embargo, las fuerzas armadas rusas reconocieron rápidamente que uno de sus aviones militares había dejado caer una bomba en forma accidental.
Belgorod, de 340.000 habitantes a unos 40 kilómetros (25 millas) al este de la frontera, ha enfrentado ataques regulares con drones que las autoridades rusas atribuyen al ejército ucraniano, pero la explosión del jueves en la noche fue mucho más poderosa que lo escuchado antes por la población.
Testigos dijeron que un silbido bajo antecedió a una explosión que sacudió edificios de apartamentos cercanos y causó que un vehículo fuera a dar a la azotea de una tienda.
Inmediatamente después de la explosión, comentaristas y blogueros militares rusos armaron un alboroto con teorías sobre el arma que Ucrania habría utilizado en el supuesto ataque. Muchos exigieron una fuerte represalia.
Sin embargo, una hora después, el Ministerio de Defensa de Rusia reconoció que la explosión fue causada por un arma que uno de sus bombarderos Su-34 dejó caer por accidente.