Se prevé que en 2022 la cosecha cerrará en aproximadamente 12 millones de sacos
(ANSA) – Colombia, el tercer país productor de café a nivel global y el primero en el tipo arábico suave lavado, ha sentido en los dos últimos años el impacto del cambio climático en su cultivos, al ver reducida su cosecha en un 15%.
De los 14,5 millones de sacos de 60 kilos cada uno, que era el promedio de la cosecha anual, este año se espera una producción final de 12 millones de sacos.
“La expresión mas clara de cambio climático ha sido el fenómeno de “La Niña”; dos años de nubosidad, de falta de luminosidad, de temperaturas bajas”, afirmó el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), Roberto Vélez, a una pregunta hecha por ANSA.
Y agregó: “de un potencial que tiene Colombia de 14,5 millones de sacos ya dijimos que vamos a llegar a 12, es decir, una disminución del 15% al 16% que es grande en cualquier producto”.
Un estudio académico europeo publicado a inicios de este año, reveló que el café es un producto agrícola “vulnerable” al cambio climático, al compararlo con los sembradíos de anarcado o marañón y aguacate, mucho más resistentes.
El documento científico, titulado “Idoneidad global prevista para el café, el anacardo y el aguacate debido al cambio climático”, señaló que hacia 2050 los cultivos de café podrían reducirse y sus cultivadores, en especial del tipo arábico, se verían obligados a llevar sus cosechas a lugares de mayor altitud.
El café colombiano se cosecha actualmente entre los 1.200 y 1.800 metros sobre el nivel del mar y el éxito de la floración de sus arbustos y maduración de las cerezas depende de una mezcla de precipitaciones de alrededor de los 2 mil milímetros anuales y temperaturas entre los 17 grados centígrados y los 23 grados centígrados.
Sin embargo, en los dos últimos años el temporal de lluvias en las regiones andinas ha golpeado la producción. Mucha agua, poco sol.
El dirigente gremial recalcó que la FNC, a través de sus estudios internos y los estudiosos locales que han crecido alrededor de esta siembra, ha logrado mejorar la resistencia del grano tanto para soportar altas temperaturas como mayores lluvias, pero lo ocurrido con el fenómeno climático en curso no es posible contrarrestarlo. “Nosotros hemos venido haciendo trabajo para que el café que sea mas resistente al sol y que aguante un poco más de agua”, pero “como me dijo alguien: el café lo único que no sabe es nadar. Toca ver cómo convivimos con esto”, comentó Vélez