El cultivo de coca alcanzó niveles históricos en Colombia con 204.000 hectáreas registradas en 2021
Los cultivos de coca siguen amenazando el potencial cultural del país y su biodiversidad.
El Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) reporta un incremento del 43 % en el área sembrada con coca en el país, pasando de 143.000 hectáreas (ha) en 2020 a 204.000 ha en 2021.
La producción potencial de clorhidrato de cocaína también alcanzó su máximo histórico con 1.400 toneladas, manteniendo la tendencia al incremento que viene consolidándose desde 2014. Algunos hallazgos relevantes son:
Los cultivos de coca se siguen localizando en los mismos territorios con condiciones de vulnerabilidad. El 62 % se concentran en Nariño, Norte de Santander y Putumayo; El 45 % del total de la coca se concentra en solo 10 municipios. En estas regiones, en años anteriores, se reportó una reducción en el área con coca, asociada en gran medida con la intervención de la erradicación forzosa. Sin embargo, las dificultades para sostener este tipo de mecanismos y la falta de medidas complementarias que logren cambiar las condiciones de vulnerabilidad, resultaron en el aumento del área sembrada en el 2021.
De los 1.122 municipios que tiene Colombia, 181 presentan afectación por coca, y en tan solo 12 se concentra la mitad de la coca. Tibú ocupa el primer lugar con cerca de 22.000 ha.
El 41 % de la coca se localiza en los enclaves productivos, donde hay más hectáreas de coca por kilómetro cuadrado y los lotes son más productivos, situación que se ha mantenido por más de cuatro años.
El incremento del área sembrada con coca incluye lotes nuevos que aún no han alcanzado su edad más productiva, lo que explica en parte la diferencia entre las magnitudes de incremento. En las nuevas áreas el incremento ocurrió de forma acelerada lo que facilita la conformación de nuevos enclaves productivos en zonas como el norte del Chocó y Cauca.
La concentración y permanencia de los cultivos de coca pueden ser explicadas por una relación geográfica funcional al tráfico. 12 de los 14 enclaves se localizan en departamentos fronterizos o con salida directa al mar. En estos enclaves existe una convergencia de los grupos armados ilegales, los narcotraficantes y los productores.
Los cultivos de coca siguen amenazando el potencial cultural del país y su biodiversidad. Cerca del 50 % de la coca se localiza en zonas de manejo especial. Un alto porcentaje se concentra en las tierras de las comunidades negras y en zonas de reserva forestal.
Estos resultados son producto de la interacción de factores estructurales presentes en Colombia y que están relacionados a la vulnerabilidad territorial, el aumento de la demanda global de cocaína y la dinámica de los actores ilegales del narcotráfico.