Los conflictos familiares se presentan según el tipo de relación y existen técnicas para solucionarlos, dice la Psicóloga especialista, Daniela Barreto Sánchez
Es irremediable que surjan disputas o crisis en el contexto de pareja; sin embargo, si las personas son capaces de manejarlos de manera adecuada estos conflictos pueden servir para favorecer el refuerzo del vínculo de pareja.
Surgen a raíz de problemas de comunicación o de malos entendidos. Las causas más comunes de los conflictos cotidianos en la pareja son:
- Problemas de comunicación: expresiones incorrectas, reproches, discurso emocional, insultos, etc.
- Sensación de pérdida de libertad y autonomía por parte de uno de los miembros de la pareja.
- Tratar de cambiar la manera de ser de la otra persona.
- Falta de habilidades de resolución de problemas.
Conflictos entre padres e hijos
Según la etapa del desarrollo en la que se encuentren cada uno de las partes implicadas: Conflictos con hijos adultos: cuando los hijos alcanzan la mayoría de edad supone el comienzo de la convivencia entre personas ya adultas. Las cuales suelen tener diversas maneras de pensar y de entender cómo vivir u organizar su vida, por lo que esta época también es susceptible de provocar algunos conflictos familiares.
Algunas tácticas o estrategias para manejar las disputas de forma eficaz son:
1. Practicar la escucha activa
Atender plenamente a aquello que el otro está intentando trasladar, así como asegurarse de haber entendido sus demandas y de que la otra persona sea consciente de que se le ha entendido.
2. Vigilar la forma de hablar
Utilizar un lenguaje cuidado y unas expresiones correctas son esenciales para mantener una buena comunicación.
Una buena forma de expresar los sentimientos de una forma adecuada es reemplazando los reproches por manifestaciones de lo que se está sintiendo o de aquello en que la persona se siente lastimada o dolida. Asimismo, es necesario plantear o sugerir soluciones alternativas a los problemas que han causado la crisis.
3. Permitir la intervención de todos los implicados
Es muy frecuente que en cualquier tipo de disputa las personas implicadas se quiten la palabra entre ellas, o que no quieran que algunos de los otros implicados intervengan en la solución del problema.
4. Manifestar afecto
A pesar de estar experimentando una situación de conflicto que puede resultar estresante, es importante continuar expresando muestras de cariño y afecto; ya que estas rebajan los niveles de tensión en las relaciones.
5. Encontrar el lugar y momento idóneo
Debido al componente emocional de los conflictos familiares, en muchas ocasiones las personas tienden a discutir en cualquier momento y lugar. Sin embargo, es mejor posponer la discusión para cuando los ánimos estén más calmados y el contexto acompañe y facilite el diálogo.