Una de las menores era su acólito en la iglesia que él dirigía en zona rural del Cunday, Tolima.
La Fiscalía logró que un juez condenara a 21 años de cárcel a Wilmar Quesada Pinto, quien aceptó su responsabilidad en los delitos de acceso carnal abusivo con menor de 14 años agravado, actos sexuales con menor de 14 años agravado y pornografía con personas menores de 18 años.
El fiscal del caso demostró que el hombre de 45 años quien para el momento de los hechos se desempeñaba como párroco de una iglesia en zona rural de Cunday (Tolima), abusó de dos hermanas de 7 y 14 años.
Los hechos iniciaron en el año 2018 cuando el condenado vinculó a la niña mayor como acólita monaguillo de su parroquia. Esta situación fue aprovechada por el entonces religioso, para realizarle tocamientos inapropiados en sus partes íntimas en repetidas ocasiones, así como la toma de fotografías íntimas a la niña.
Además, se evidenció que en 2021 hizo lo mismo con la hermana menor quien tenía en ese momento 5 años de edad, aprovechando que ella acompañaba a su mamá a la casa cural.
Fue así como solo dos días después de conocer el hecho, fue capturado por investigadores del CTI y la Sijin de la Policía del Departamento del Tolima bajo la coordinación de un despacho fiscal del municipio tolimense de Melgar. En las diligencias de registro y allanamiento se incautaron varios celulares y un equipo de cómputo con material que sería clave para la investigación.
De ese material había dado cuenta la madre en su denuncia, al relatar que su hija mayor encontró en el computador del ya condenado imágenes con contenido pornográfico de sus hermanas menores de edad, debido a que, al parecer, las fotografiaba.