“Lo más sostenible es consumir de la forma más local posible para evitar las emisiones de efecto invernadero asociadas al transporte de alimentos”
Por Antonio López Gabaldón.- Eliminar el desperdicio de alimentos reduciría entre 8 y 10 por ciento las emisiones globales de carbono, en un momento en el que la crisis climática está incrementando el hambre en el mundo, que se disminuiría con sistemas agrícolas sostenibles y una dieta saludable, con productos de proximidad y de temporada, según expertos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que el sector alimentario es responsable de un tercio de las emisiones de efecto invernadero (GEI) y que contribuye al 80 % de la deforestación de bosques tropicales, que es uno de los principales causantes de la degradación de los suelos, la desertificación, la escasez de agua y la disminución de la biodiversidad.
Ante esto, para poder llevar una dieta saludable y respetuosa con el planeta, la secretaria general de la Asociación Vida Sana, Montse Escutia, ha reivindicado el consumo de productos de proximidad: “lo más sostenible es consumir de la forma más local posible para evitar las emisiones de efecto invernadero asociadas al transporte de alimentos”.
Los productos de proximidad, además, contribuyen de forma positiva al desarrollo local y proporcionan más trabajo tanto a los agricultores como a las tiendas locales, indica.
Escutia también ha hecho referencia al consumo de productos de temporada pues, por ejemplo, las manzanas se pueden consumir durante todo el año, pero cuando no es la temporada de esta fruta en España “para consumirlas tienen que venir de Sudamérica con las emisiones de transporte que esto conlleva”.
Por ello, desde esta asociación han lanzado la campaña “MENUda TIERRA”, que combina los platos tradicionales de la cocina española con la dieta ecológica.
En estos platos tradicionales también se incluyen ingredientes como la carne y el pescado, aunque de forma moderada, pues los nutricionistas y los médicos, según Escutia, “nos están advirtiendo de que consumimos demasiada proteína de origen animal”, proteínas que en su elaboración “emiten más emisiones al producirse que las de origen vegetal”.