La misión ha recopilado datos de 2.000 millones de estrellas en la Vía Láctea. Los astrónomos han descrito insólitos ‘terremotos estelares’
La Agencia Espacial Europea (ESA) dio a conocer los últimos datos del satélite de observación Gaia. Se trata de un extenso catálogo con casi 2.000 millones de estrellas de nuestra galaxia, la Vía Láctea, el más preciso y completo hasta la fecha. El mapa viene acompañado de la publicación de una cincuentena de artículos científicos.
La Agencia Espacial Europea lanzó esta misión, llamada Gaia, en 2013 para que alcanzase el segundo punto de Lagrange, un lugar de observación privilegiado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. Desde allí ha observado 1.800 millones de estrellas para cartografiar gran parte de la galaxia que alberga al Sistema Solar y a otros 100.000 millones de estrellas, muchísimas de ellas también con planetas en su seno.
Las últimas observaciones, las terceras completas -recopiladas entre el 25 de julio de 2014 y el 28 de mayo de 2017- agregan como novedad detalles de composiciones químicas, temperaturas, colores, masas y edades de las estrellas, además de la velocidad a la que estas se acercan o alejan de nosotros (velocidad radial).
El nuevo mapa confirma que el sistema solar está dentro de la llamada “burbuja local”, una zona bastante despoblada de estrellas y con una concentración baja de gases y polvo interestelar, lo que permite tener una visión del resto de la galaxia bastante clara, señala el astrónomo finlandés Timo Prusti, director científico del proyecto.
Uno de los descubrimientos más sorprendentes es que Gaia ha sido capaz de detectar miles de terremotos estelares, algo así como tsunamis a gran escala que cambian la forma de las estrellas. Y lo ha hecho incluso en astros donde, según la teoría actual, no debería registrarse ninguno. Estas oscilaciones alteran la forma global de la estrella y son muy difíciles de detectar.
La misión Gaia seguirá recogiendo datos de estrellas y otros objetos dentro y fuera del sistema solar y también más allá de nuestra galaxia hasta 2025, cuando está previsto finalizar sus operaciones científicas.