El nuevo año comenzó en el diminuto atolón de Kiribati, en el Pacífico central, y luego atravesó Rusia y Nueva Zelanda, cruzando los husos horarios, para después adentrarse por Asia y Europa.
NUEVA YORK (AP) — Las celebraciones de Año Nuevo se extendieron por todo el mundo, dando la bienvenida a 2023 con cuentas regresivas y fuegos artificiales, y marcando el final de un año que trajo la guerra a Europa, un nuevo capítulo en la monarquía Gran Bretaña y la preocupación mundial por la inflación.
En la emblemática Times Square de Nueva York, la bola descendió mientras una multitud realizó una cuenta regresiva de los segundos que quedaron para entrar en 2023, que culminó con sonoros vítores y una luvia de confeti que brilló entre pantallas gigantes, neones, luces y calles mojadas.
Dos agentes de la policía de la ciudad fueron trasladados a un hospital tras un altercado con un hombre que blandía un machete a apenas una manzana de donde se celebraba la fiesta. Los agentes estaban conscientes y sufrían heridas que no ponían en peligro sus vidas mientras que el sospechoso fue detenido, explicaron las autoridades.
Al menos un día, los pensamientos se centraron en las posibilidades, incluso más difíciles de alcanzar, como la paz mundial, y en reunir —por fin— la determinación para cumplir la siguiente serie de propósitos.
En París, miles celebraron en los Campos Elíseos, mientras el presidente francés Emmanuel Macron prometía en un discurso de Año Nuevo televisado seguir apoyando a Ucrania.
El Big Ben repicó mientras más de 100.000 personas se congregaron a orillas del Támesis para contemplar un espectáculo de fuegos artificiales en torno al Ojo de Londres. El espectáculo incluyó una corona formada por drones y el retrato de la reina Isabel II en una moneda flotando en el cielo, en homenaje a la monarca que mayor tiempo ha gobernado Gran Bretaña y que murió en septiembre.
La playa de Copacabana de Río de Janeiro dio la bienvenida a una pequeña multitud de unas pocas millas para un breve espectáculo de fuegos artificiales, y varias ciudades brasileñas cancelaron las celebraciones este año debido a la preocupación por el coronavirus.
La ciudad más poblada de Turquía, Estambul, recibió 2023 con festividades callejeras y fuegos artificiales. En la iglesia católica de San Antonio de Padua, ubicada en la frecuentada avenida Istiklal, en Estambul, docenas de cristianos rezaron por el año nuevo y lamentaron el fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI.