Leonardo Londoño, a puro talento, disfruta el campeonato en el estadio Centenario de Armenia. Este miércoles va por el bronce frente a Santander.
Ubicación, dominio de balón y un imán para tener el balón pegado a su pie, esas son apenas algunas de las características que llevan a Leonardo Esteban Londoño a sobresalir con la selección Tolima en el campeonato de fútbol para ciegos de los I Juegos Nacionales Juveniles.
Este joven, de 18 años, ha sido un testimonio de lucha frente a las adversidades. Con determinación ha recorrido un camino lleno de desafíos, que lo han convertido en un símbolo de perseverancia.
Leonardo enfrentó sus primeras pruebas a una edad temprana. A los dos años, perdió la visión y quedó al cuidado de un faro de amor y fortaleza: su abuela Consuelo. Ella asumió el doble papel de madre y abuela, enfrentando innumerables dificultades económicas para mantener unida a la familia.
Y juntos lograron superar obstáculos. «Con esfuerzo, mucha dedicación y ejemplo, nos inculcó a mis hermanos y a mí valores como la disciplina y la fe en un futuro mejor», cuenta Leonardo. Las risas en casa, las historias de triunfo y el apoyo mutuo fortalecieron el vínculo familiar, convirtiendo cada pequeño logro en un motivo de celebración.
El destino de Leonardo cambió un día en la cancha de su colegio. Mientras jugaba fútbol con dos compañeros, un entrenador observó su talento innato. Impresionado por su habilidad y pasión, el entrenador contactó a Consuelo para informarle que su nieto tenía un don especial para el deporte.
Desde entonces, Leonardo comenzó a entrenar y a destacarse en el fútbol pra ciegosl. Actualmente, cursa el grado décimo y, aunque no puede ver el estadio Centenario, lo imagina en su mente como «un lugar lleno de magia y emoción».
Leonardo se siente feliz y orgulloso de participar en los Juegos Nacionales Juveniles, llevando alegría a su familia y honor a su equipo. Y es que además de su habilidad deportiva, es un joven inspirador.
Por eso su mensaje para quienes enfrentan dificultades es claro: «no se pongan tristes ante los problemas, sigan adelante y no permitan que ninguna barrera los detenga para cumplir sus sueños».
Cariñosamente lo apodan Messi por su talento y estatura baja. Y le encanta que lo llamen así, ya que refleja su calidad como jugador y espíritu luchador. Leonardo Esteban Londoño Echeverry es más que un deportista; es un ejemplo de cómo, con amor, esfuerzo y perseverancia, es posible transformar las adversidades en victorias y seguir soñando sin límites.